Si algo definió la vida de Armin Ihle fue la defensa de los derechos humanos de otros y otras muy diferentes a él. Fue un pastor luterano que puso en práctica el amor al prójimo con una clara expresión social y política. Sus prójimos fueron diversos: comunidades indígenas, presos políticos, sindicalistas, LGTB, umbandistas, judíos, niños y niñas, en dictadura o en democracia, fue hermano y prójimo.
Nació en una familia humilde, el 16 de julio de 1944 en Lüdenscheid, una pequeña ciudad minera cerca de Colonia, Alemania. Estudió teología en la Bahnauer Bruderschaft de Alemania, una de las comunidades evangélicas luteranas que resistió el régimen nazi. En 1966 viaja a Paraguay convirtiéndose en pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), de tradición luterana y reformada.
En 1973, como pastor en Buenos Aires, fue fundador de la Comisión Argentina para Refugiados (CAREF). Uno de los hechos que marcaría su vida y la de miles de argentinos, chilenos y uruguayos. Desde entonces comenzó a tener contacto directo con los refugiados, que venían de otros países escapando de las dictaduras. En ese contexto en coordinación con la ACNUR y el Consejo Mundial de Iglesias se facilitó documentación y apoyo psicosocial a miles de refugiados políticos. Recibió amenazas por parte de la triple AAA (Alianza Argentina Anticomunista) y fue incluso secuestrado por un día a punta de ametralladora. Finalmente durante más de un año durmió en el cielorraso de su casa para evitar un posible nuevo secuestro. Esta situación llevó a que la IERP decidiera enviarlo nuevamente al Paraguay en 1977.
En Paraguay su situación no fue más sencilla, rápidamente se involucró en la lucha contra la dictadura de Alfredo Stroessner. Desarrolló una intensa tarea en favor del campesinado, impulsando la formación de las Ligas Agrarias que se enfrentaron con la dictadura por problemas vinculados a la tierra, su tenencia y explotación. Formó parte del Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencias (CIPAE). Trabajó en favor de los perseguidos políticos, logró rescatar de las mazmorras policiales a decenas de paraguayos. En este contexto comienza una amistad con el ex presidente Fernando Lugo, la cual mantuvo hasta sus últimos días. También fue procesado por el régimen dictatorial tras acompañar la denuncia de una supuesta matanza de indígenas hecho ocurrido en Horqueta (Paraguay) en 1987. Soportó una demanda por “falsa denuncia contra el Estado”, porque los cuerpos nunca fueron hallados, pero igual fue sobreseído. Por todo este trabajo en el 2008 fue reconocido como Ciudadano Paraguayo Ilustre, premio otorgado por la Defensoría del Pueblo de ese país “por su consagración a la democracia”.
Desde 1995 en Uruguay tuvo un tiempo de mayor tranquilidad pero no con menos compromiso. Fue promotor del diálogo interreligioso y especialmente enfocó sus esfuerzos en el diálogo judeo-cristiano. Por esta razón la Organización Sionista del Uruguay lo distinguió con el Premio Jerusalén, edición 2014.
El pastor Ihle por su historia y personalidad extrovertida, tenía un estilo propio a la hora de tomar posturas políticas y religiosas, muchas veces inesperadas y abiertas a los otros y otras, a pesar de las críticas. Ejemplo de su visión ética era ver su presencia en la marcha de la diversidad en 18 de Julio, y su apoyo al matrimonio igualitario, incluso celebrando una de las primeras bendiciones religiosas de estas características en Uruguay. También era común que acompañara a la comunidad judía o afro-umbandista en la defensa de alguna situación de discriminación o en su celebraciones religiosas. Su pensamiento y práctica pastoral tenía el legado de teólogos y filósofos existencialistas como Martin Buber (judío) o Soren Kikergard (luterano) “yo soy si tu eres”.
Este pastor de diversas ovejas se despidió físicamente de nosotros el 7 de octubre y a su velatorio concurrieron cientos de personas de muchas procedencias. De todo lo vivido por Armin Ihle, permanecen su sentido del humor y su compromiso con la libertad, incluso cuanto esto requiera enfrentar regímenes autoritarios y fundamentalismos religiosos.
Deja tu comentario