Daiana Barrales es antropóloga por la FHCE de la UdelaR y actualmente realiza su maestrando en la UNLP, donde está investigando acerca de la integración de cristianos en el MLN entre el 68 y el 72. Conversamos acerca de su investigación. Columna radial del 23 de enero.

    • Curas, pastores, ex-seminaristas, entre tantos, formaron parte de un grupo de cristianos que comenzaron a integrarse al MLN desde el año 68 en adelante, luego de la época del Coordinador. Esta fracción llegó a representar en el año 72 un 1% de su totalidad, lo cual, si bien puede parecer una porción insignificante, es importante dado que eran personas que mantenían una doctrina cristiana al mismo tiempo que participaban de un movimiento armado.

 

    • Dentro de las distintas narrativas de este grupo, donde la investigadora hace especial énfasis, aparece, como uno de las figuras clave que influenció esta integración el ejemplo del cura que se integró al ELN, Camilo Torres. También aparecen desde lo ideológico y lo teológico personajes tales como Juan Luis Segundo o Helder Cámara, donde si bien no influyó su práctica concreta, su visión sobre la realidad marcó una influencia dentro del Movimiento de Liberación Nacional.

 

    • Pero esta influencia del cristianismo dentro del marxismo no fué sencilla. El diálogo entre cristianos y marxistas, muco más en Uruguay que en otros países, tenía negaciones mutuas -sostiene Iglesias-. Por un lado los marxistas no querían reconocer la influencia cristiana dentro de sus filas materialistas históricas, y había cierta dificultad en dialogar con esa dimensión espiritual, y por el otro, en el cristianismo había influido una doctrina anticomunista. Había conversaciones y diálogos pero al mismo tiempo había ciertos resquemores.

 

    • Existieron movimientos totalmente revolucionarios que surgieron desde el cristianismo, y existe un marxismo muy vinculado al cristianismo, que puede considerar al Jesús histórico como revolucionario y transformador de las estructuras de dominación. Eso da cuenta de que el cristianismo no es pasivo como se lo piensa muchas veces, sí hay perspectivas pasivas, sí hay perspectivas sumisas pero no es una realidad homogénea.

 

    • En los testimonios recogidos por Barrales, aparece la tesitura de que el Estado que oprimía y reprimía las manifestaciones daba cuenta de una violencia estructural presente, y frente a esa violencia había que implementar otro tipo de violencia, que surge en respuesta a esa primer violencia estructural. Aunque se mantiene como un elemento distruptivo en las narrativas.

 

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