Prof. Leandro Ortunes.
El 26 de mayo de 2016, tuvo lugar la 24ª edición de la Marcha por Jesús en San Paulo. Por la Ley 12.025 / 2009, que establece la Marcha Nacional Día de Jesús, el evento siempre debe tener lugar el primer sábado, después de sesenta (60) días después del Domingo de Pascua. Sin embargo, esta edición se llevó a cabo el 26 de mayo, completando exactamente 60 días después del Domingo de Pascua, y coincidió con la celebración católica de Corpus Christi.
El día que parecía ser unas vacaciones tranquilas para un pase por las líneas de tren y metro, había cambiado su rutina para miles de fieles que, ya en el transporte público, cantaban a toda voz a el Evangelio. De acuerdo con los organizadores del evento, tres millones de personas participaron en la marcha. Esta vez la policía militar decidió no estimar los participantes. Recuerde que en marzo de 2015, los organizadores estimaron dos millones de participantes, mientras que la policía militar estiman 340.000 personas. Independientemente del número, esta marcha partió más tímidos en la cobertura de los medios de comunicación en años anteriores y que no contó con la presencia de varios líderes políticos que han participado en otras ediciones. Una posible reflejo de una situación crítica y una mala imagen de la política brasileña hacia los fieles. Sin embargo, este es el lugar ideal para tratar de entender el grado de compromiso político de los fieles y para darse cuenta de su posición sobre algunas pautas para menudo controvertido, que pasan o se procesaron en el congreso. Por esta razón, el Grupo de Investigación de Medios, Religión y Cultura (MIRE), el Programa de Posgrado en Comunicación Social, la Universidad Metodista de San Paulo, llevaron a cabo una encuesta con el tema «Los evangélicos: La política y el pensamiento conservador», coordinado por el investigador del grupo del Prof. Leandro Ortunes (PUC-SP), con el apoyo de un grupo de 26 estudiantes.
527 encuestados participaron en la encuesta, realizada a través de un cuestionario con preguntas cerradas. La primera impresión fue la heterogeneidad del grupo y el escepticismo acerca de la política. Aunque la Iglesia Renacer en Cristo fue el gran articulador del evento, la mayoría de los presentes (48%) eran las denominaciones independientes. En cuestiones de política, la mayoría (62,7%) afirmó no tener preferencia política de línea (izquierda, centro o derecha) y el 16,4% no se pudo diferenciar o responder a esa pregunta. En los partidos políticos, el 81,6% dijeron que no tienen preferencia de partido. En segundo lugar, con el 7,6% de PT fue citado, y luego el PSDB, el 4,9%. Por lo tanto, vemos que hay una apatía de los encuestados con respecto a las ideologías políticas y las organizaciones del partido. Los entrevistadores también informaron tono de sospecha y desprecio de los encuestados sobre estos temas. Sin embargo, este tono se cambia cuando se toca directrices morales y representatividad.
Es de destacar que, de acuerdo con los entrevistados, el pastor de la Asamblea de Dios Victoria en Cristo Silas Malafaia es el líder con la tasa más alta de la representación entre los evangélicos, alcanzando el 58,6% cuando se añaden los que dijeron que se sienten muy representados o representados por posicionamiento del pastor en los medios de comunicación. En la representación política, de nuevo se destaca un líder evangélico, el Congresista Pastor Marco Feliciano (PSC-SP, Asamblea de Dios) alcanzó el 40,8%, cuando se añaden los que dijeron que se sienten muy representados o representados por el representante. Por otro lado, existe el diputado Jean Wyllys (PSOL-RJ), que alcanzó la más alta tasa de rechazo entre los líderes políticos, con el 42,5% de los encuestados, quienes dijeron que el miembro no representa de ninguna manera.
Sólo esta comparación entre la estructura política y representatividad, nos dimos cuenta de que el público encuestado es mucho más centrado en la figura principal de una ideología política o partido. Este hecho nos lleva a los tres tipos de dominación legítima, según Max Weber. Es evidente que la participación política de los encuestados evangélicos, está influenciada por el poder carismático y mediático de algunos líderes religiosos, que independiente de la línea o de la política de los suyos partido. Sin embargo, no podemos decir que toda la agenda de estos líderes se absorbe de manera uniforme por los fieles, porque como se ha observado en este estudio, algunas pautas como el tema del aborto y el matrimonio homoafetivo sufrieron un pequeño espacio entre la posición de liderazgo y posicionamiento de los fieles.Vea este enlace diapositivas con los datos recogidos, que también se pueden ver a continuación.
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