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Veronica Alonso y Alvaro Dastugue

Gerardo Amarilla y su libro Parlamento y Fe

Gerardo Amarilla y su libro Parlamento y Fe

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Benjamin Irazabal

El elemento religioso dejo de pasar desapercibido en la arena política partidaria y en el parlamento, los discursos y actores religiosos entran en juego con agendas políticas.

Del periodo parlamentario pasado al actual se verifica una creciente presencia de evangélicos en cargos de diputados titulares y suplentes. De la única presencia del diputado Gerardo Amarilla, de la iglesia bautista, se paso a la inclusión de dos diputados titulares más, ambos del partido nacional (PN). El primero fue el diputado y pastor Alvaro Dastugue, de la iglesia Misión Vida, y recientemente el ex-intendente de durazno Benjamin Irazabal, de la iglesia pentecostal.

La presencia de bancadas evangélicas en America latina no es algo novedoso, en prácticamente todo el continente existen expresiones políticas de los interés de los sectores evangélicos de corte conservador, siendo el caso paradigmático el de Brasil.

La presencia política de estos grupos han cobrado mayor relevancia en la medida que han salido de los templos a la arena política, ha crecido su membresia, y han ganado credibilidad con su accionar en el campo social. Mientras los partidos políticos atraviesan crisis de participación política, el sector evangélico logra traducir su capacidad religiosa en el campo electoral.

Aunque Amarilla actualmente siente como referentes cristianos evangélicos a Martin Luter King o Nelson Mandela, nos cuenta que en muchas iglesias no se permitía hablar de política. “Los misioneros que llegaban al país, tenían expresa prohibición de involucrarse en política y trasmitían eso (…) al liderazgo. Se decía por mucho tiempo “Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios” afirma el diputado que ve positivamente que este “no involucrarse en lo político” este cambiando en la cultura evangélica.

A partir de la investigación de los documentos de Santa Fe y del informe Rockefeler, sabemos que a partir de los años 60 la CIA implanto en América latina un combate contra el “comunismo”. Que incluyo el envío de misioneros norteamericanos a iglesias evangélicas para desalentar el compromiso social y político de sus feligreses, con un discurso religioso que buscaba contrarrestar el impacto de la teología de la liberación y de las ideas o grupos revolucionarios.

Especialmente en los últimos 10 años el rol político de estos grupos evangélicos da un giro en su estrategia y agenda política. Salen al espacio público con un claro foco en lo que ellos consideran la defensa de la familia y los valores de la sociedad occidental que consideran se esta desmoronado. Para el diputado Irazabal hay que defender “los valores tradicionales, en los que sea fundado la civilización occidental.” Además agrega: “Estamos en una sociedad que ha ido cambiando esos valores y esos códigos. Aumento de la violencia, delincuencia, consumo de drogas y alcohol, una degradación de lo que es la institución familia, frente a eso hay mucha personas que han hecho un análisis de quienes representan los valores tradiciones y han votado por representes evangélicos.”

Los tres diputados ubican en la ley del aborto un punto de quiebre, que motivo la participación política de sus iglesias, Dastugue dice: “Yo creo que la Iglesia evangélica, se animo a trabajar y meterse en el sistema político. Ya que estos últimos 10 años han salido leyes que ningunean los principios y valores que defendemos nosotros, por eso la iglesia se ha animado. La principal es la ley de aborto, nosotros consideramos que la vida viene desde el momento de la concepción. Esto nos animó a hablar y anunciar nuestras posturas. Luego la legalización de la marihuana, creemos que le va a hacer muy mal a nuestro jóvenes. Incluso la adopción de niños por parejas del mismo sexo.”

A parte de la presencia de los tres diputados titulares, en la bancada evangélica, están dos diputados suplentes, Betiana Britos también de la Iglesia Misión Vida, (suplente de Alvaro Perdomo, PN) y Luis Eduardo Pintado, de las Asambleas de Dios, (suplente de Graciela Matiualde del partido Colorado) ambos han ocupado las bancas en estos últimos meses. Según nos explican existe una veintena de ediles en todo el país en diferentes partidos políticos. En Montevideo se encuentra la pastora Cristina Ruffo, edila por Montevideo y su suplente el pastor Gabriel Silveira de Misión Vida, director de los “Hogares Beraca” y yerno del apóstol Jorge Márquez, quien lidera esta iglesia.

Para Dastugue el objetivo de su trabajo político esta en tener: “la mayor capacidad de influir en decisiones que se toman en nuestro país” Y expresa “mi deseo es que no sigan a apareciendo leyes que sean opuestas a lo que yo creo correcto o lo que creemos los cristianos correcto.” Y agrega: “Una nueva cultura de diversidad en todos los ámbitos de la vida, donde todo es volátil. Le hace mal a toda la sociedad en su conjunto”.

Sobre la influencia de los cristianos en la política el diputado Amarilla nos dice que “El gran desafío que tenemos nosotros como cristianos es influir en distintos partidos políticos, y no ser influidos” Lo que coincide con la estrategia de incidencia que utiliza el grupo llamado “Parlamento y fe” el cual el lidera junto a otros pastores evangélicos en Uruguay y la región.

Los tres diputados coinciden plenamente en que para ellos la Biblia es un manual de conducta y de legislación. Para Irazabal: “un material de referencia obligado de quienes somos cristianos, debemos cumplir con ciertos principios y lo que se aparte de ellos no lo podemos votar.” Por ejemplo nos dice: “La ley del aborto, el matrimonio igualitario, la ley de la marihuana, van encontrar de lo que dice la Biblia”

Al respecto Dastugue dice: “Lo más cerca de la Biblia posible o de lo que nosotros consideramos la verdad. Fomentar los principios y valores cristianos en la sociedad va a bendecir a un país que galopea a un relativismo moral.” Debemos tener en cuenta que cuando estos diputados hablan del lugar de la Biblia, se refieren a una interpretación literal no abierta a contextualizaciones culturales o hermenéuticas criticas.

Otro concepto de peso para estos grupos es la creencia de que en el mundo se desatan guerras espirituales, las cuales tienen implicancias políticas. Dastugue nos dice: “la Biblia habla mucho de la guerra espiritual, yo la creo y existe. Eso se expresa políticamente y en todos los ámbitos de la vida.”

Para Irazabal la guerra espiritual es una realidad ya que “todos somos seres humanos y hay quienes practican la macumba y la magia, no son pocos, debe haber mas de un diputado que cree eso, porque el parlamento es una representación de la gente. (…) el parlamento a aprobado leyes que están contrariamente a lo que dice la biblia. En harás de la tolerancia se apartan de Dios, el primer gran tolerante en el planeta fue Jesuscristo. Hay muchas organizaciones que en harás de la tolerancia, discriminan, pero Dios y Jesús es mucho mas tolerante que todos ellos, pero muchas veces en harás de la tolerancia y diversidad que reclaman, se vuelven intolerantes.”

Es importante comprender que esta expansión de la presencia evangélica no solo se da en el ámbito político, sino que se articula con otras participaciones en el ámbito social, empresarial, cultura, profesional, mediático, generando una mayor influencia y articulación de un discurso político y religioso.

En Uruguay existe aproximadamente un 6% de evangélicos, los tres diputados coinciden en que la presencia en la política partidaria va a seguir en aumento. Irazabal dice al respecto: “Creo que la mayoría de los evangélicos al momento de votar buscan candidatos que sean evangélicos, sin duda diputados evangélicos recibimos votos de no evangélicos, lo que si entiendo que se esta corrigiendo es la representación. Yo espero que en la próxima legislatura podamos ser un 5 o 6 %”.

Otra arista a tener en cuenta es la participación de organizaciones vinculadas a los sectores evangélicos que estos diputados representan, en dos temas: adicciones y cárceles. Estos grupos están desarrollando un trabajo cuantitativamente muy significativo en temas que el gobierno no logra dar respuestas integrales. Al respeto Irazabal nos cuenta que mantuvo una reunión con dos ex-presidiarios que ahora trabajan en una ONG evangélica que quieren implantar su experiencia aquí en Uruguay. “En Brasil se le dio a los evangélicos la gestión de una cárcel, esas cárceles tienen los mejores índices de no reincidencia, (…) Ellos me contaron que le han propuesto al Ministerio del Interior aqui en Uruguay, poder entrar a las cárceles a llevar valores cristianos.”

El mismo Irazabal nos aclara que: “Lo que enseña la iglesia no es a discriminar, se le dice al drogadicto que venga, la idea es incorporarlo, tratarlo de sacarlo de esa adicción e integrarlo en la sociedad, lo mismo al resto, a una persona que hizo un aborto y atento contra una vida, que venga pida perdón, que reconozca su error y que no vuelva hacerlo nunca más” En este contexto el diputado recalca que “la iglesia y el cristianismo se resume en: Dios es amor y ámense los unos a los otros”.

Sobre la importancia que tiene para este sector el trabajo en adicciones Dastugue nos cuenta que él integro “el grupo sobre alcohol de presidencia” y volverá a participar del mismo y volcara su experiencia de vida en los “Hogares Beraca” en donde vive.

Irazabal nos plantea que están manteniendo reuniones para coordinar esfuerzos, “porque uno aislado tiene menos efecto, lo que pretendemos es influir en nuestras bancadas”. Según expresan desean conocer y sumar a otros cristianos de todo el país para generar intercambio y construir posturas, por lo que están contactando a políticos principalmente evangélicos, sin excluir la posibilidad de sumar católicos practicantes, de todos los partidos políticos, para en el mes de septiembre hacer una celebración religiosa de “unción o bendición”. Según Dastugue “estamos recabando datos para juntarnos y conocernos. La idea es reunirnos y orar todos juntos y pedir a Dios que nos ayude en nuestra legislatura.”

Informe original de Nicolas Iglesias Schneider, La Diaria (agosto 2015)