La “desprivatización de lo religioso” en el Uruguay es un hecho, aquel proceso de secularización y modelo de laicidad presidente descripto por tantos académicos viene en franco proceso de transformación. Lo religioso toma la escena pública en diferentes formas, con presencia en medios de comunicación, partidos políticos, políticas sociales, entre otras nuevas manifestaciones.

 

Una expresión colorida y diversa de este cambio, es la consolidación del espacio interreligioso uruguayo, que este 9 de septiembre convocó en el marco del Parlasur. Desde su “vocación política”, más de 80 líderezas y líderes religiosos, dieron un toque diferente con sus atuendos a la sala de reuniones del edificio Mercosur.  Se dieron cita representantes musulmanes, judíos, católicos romanos, evangélicos, anglicanos, budistas, mormones, umbandistas, bahai, hare krishna, brahma kumaris, grupo moon, veterocatólicos, teúrgicos, católicos liberales, hinduistas, africanistas y de la nación charrua.

 

Diversidad de voces

 

Antonio Coelho, representante de OBSUR recordaba “este espacio tuvo su génesis en el marco del Foro Social Uruguay 2002 (…) 300 personas se reunieron para la búsqueda de caminos comunes para la dignidad humana, tema crucial en ese momento histórico”. El espacio de Diálogo Interreligioso Uruguay tuvo en el 2009 una re apertura con el impulso de  Fernando Lugo (presidente pro-tempore del Mercosur) y la facilitación regional del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI). La metodología del Diálogo Interreligioso Uruguay incluye la participación de autoridades gubernamentales, talleres abiertos con especialistas y una mesa permanente en donde líderes religiosos laudan acuerdos y organizan encuentros.

Durante estos últimos 4 años se han presentado reclamos y propuestas frente a diversos organismos gubernamentales, MEC, MIDES, INAU y Presidencia de la República. Las propuestas presentadas abordan temas como educación sobre las religiones, creación de un mecanismo de interlocución en el Estado, presencia en el CENSO nacional, participación en la ley de medios y de voluntariado, entre otros.

Acerca de la respuesta del Estado informó Mae Susana Andrade -actual facilitadora del diálogo interreligioso- que “el balance no es tan negativo, el Estado esta empezando a escuchar, por ejemplo se ha incluido en el Plan Nacional contra la Discriminación una variable de discriminación religiosa, pasamos de un Estado impermeable, a un Estado más permeable a las aspiraciones de los religiosos”

El Ministro Ricardo Ehrlich, afirma que su intención es “seguir apoyando fuertemente espacios de diversidad, de una laicidad totalmente inclusiva,(…) considerando que la laicidad no es laicismo, generando todos los puentes y aperturas necesarios para que cada ciudadano pueda hacer sus opciones con la mayor independencia y libertad”. En el mismo sentido, el presidente del Parlasur Ruben Martinez Huelmo, informa que “era necesario dar una señal desde el ámbito político” y que “desde el parlamento se debe proteger estos espacios, la multiculturalidad y la libertad de cultos”.

 

Cuestión de derecho

 

Según la jurista Carmen Asiaín el Estado uruguayo estaría obligado a incluir la educación sobre las religiones de acuerdo al Derecho Humanitario Internacional, la Constitución uruguaya y por el articulo 17 de la ley general de educación 18.437. Donde se define la laicidad en términos de “asegurar el tratamiento integral y crítico de todos los temas en el ámbito de la educación pública, mediante el libre acceso a las fuentes de información y conocimiento que posibilite una toma de posición consciente de quien se educa. Se garantizará la pluralidad de opiniones y la confrontación racional y democrática de saberes y creencias”.

El pastor valdense Hugo Armand Pilón moderador del grupo que debatió el tema “educación y laicidad” insiste: “la educación debe apuntar a un respeto por la diversidad. Planteamos empezar a trabajar con el sector terciario con aquellos que educan a los niños y adolescentes”. El obispo católico romano Jaime Fuentes dijo: “si estamos de acuerdo que la educación es la base de la convivencia debemos incluir la dimensión religiosa,(…) que la educación esté abierta al hecho religioso en sí mismo, perderle el miedo a Dios, favorecer una laicidad inclusiva, no solo que tolere la religión afuera de las aulas de las escuelas sino que abra sus puertas.” Heba Viera, referente islámica nos dice: “Se debe incluir lo religioso en la educación pública, muchas veces se da solo el tema desde la perspectiva de guerras y conflictos”.

Diversos religiosos de grupos minoritarios plantean que el desconocimiento sobre las religiones que se genera, por una concepción restricta de la laicidad, es grande y que este hecho refuerza prejuicios afectandolos especialmente. También afirman que en los programas educativos la mayoría de los colectivos religiosos no están presentes.

Sobre este punto uno de los más neurálgicos de la jornada y otros siete consensuados en su documento, los religiosos acordaron buscar una respuesta concreta de las autoridades y avanzar con pequeños cambios hacia una laicidad inclusiva.

 

Religión y Estado

 

Los documentos del diálogo interreligioso consensuados por las  22 organizaciones religiosas plantean la necesidad de crear una oficina especifica para temas religiosos en el Estado. Según Mae Susana se vuelve necesaria “la ventanilla donde podamos plantear las necesidades especificas, como otro colectivo de la sociedad con sus características especiales. A modo de ejemplo: no hay asuetos por rituales sagrados, en los lugares de enseñanza pública no son tomados en cuenta, y existen varios casos de discriminación y de trato desigual.”

En esta instancia de diálogo se mencionaron positivamente diferentes acciones que se desarrollan entre el Estado y las religiones. La existencia de un protocolo para la atención religiosas en las cárceles, los convenios de organizaciones religiosas junto a el Estado (MIDES, INAU e intendencias) -donde se gestionan cotidianamente políticas publicas enfocadas en niñez,  educación, empleo-  y la fuerte participación de las comunidades religiosas en lo referido al tratamiento de personas con consumo problemático de sustancias en coordinación con la Junta Nacional de Drogas.

Durante las presentaciones se tomaron diferentes ejemplos de la región, resultando que Uruguay es casi el único país que no posee secretaria de culto u oficina de asuntos religiosos.

Los actores que parecen no haber prestado atención de este hecho son los partidos políticos con representación parlamentaria, ya que ninguno de ellos incluye este tema en su próximo programa de gobierno.

 

…en toda su extensión imaginable

 

En la apertura de este diálogo el presidente del Parlasur citaba como antecedente de este espacio el articulo tercero de las Instrucciones del año XIII: “la promoción de la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”. A partir de los planteos realizados por los religiosos y las autoridades quedan abiertas preguntas y temas a dilucidar referidos a laicidad. ¿Quién y cómo se regula este vinculo entre Estado y religiones? ¿Cuál es el acuerdo y el limite entre laicidad inclusiva y ejercicio de la libertad religiosa en toda su extensión imaginable? ¿Cual es el acuerdo entre creyentes y no creyentes para la convivencia desde un nuevo concepto de laicidad inclusiva?

 

Nicolas Iglesias Schneider

Fuente: Brecha