La campaña electoral ha traído muchas voces religiosas y políticas que opinan sobre el vinculo de fe y política, sobre cual debería ser ese vinculo y como debe mantenerse o no la separación de estas esferas. En ese contexto Los Dioses están locos esta realizado un ciclo de fe y política y desde allí comparte la carta del pastor Diego Rivero, el cual invita a a los cristianos a ser «políticos cristianos» y no cristianos políticos y marcando algunos conceptos que enriquecen la mirada de cara a las próximas elecciones.
«[ ] Mi concepto es que al cristiano que hace política partidaria, no debemos entenderlo como un CRISTIANO político, sino como un POLÍTICO cristiano… aquí el orden de los factores puede alterar el resultado.
[ ] Lo pongo más claro: si el cristiano de la esquina es panadero, ninguno de nosotros nos sentiremos obligados a comprarle pan por ese simple hecho. El hecho de que sea un CRISTIANO que es panadero (y más, que su panadería lleve un nombre bíblico) … no le eximirá de que hagamos el examen de si el pan que elabora es bueno o malo… y comparativamente si es bueno o mejor que el de la panadería de la otra cuadra… Por ello, en lo que respecta a mí condición de consumidor de pan, él no es un CRISTIANO panadero, sino un PANADERO cristiano.
[ ] Podremos ser creedores juntos… pero en cuanto su labor de panadero, él no puede obligarme a comprarle pan… y que yo no le compre su pan, por los motivos que considere pertinentes en mi juicio no me hace traidor de su confianza fraternal.
Así hablando de política digo que:
[ ] La derecha quiere apropiarse del voto cristiano, por vía de una supuesta identificación unívoca entre sensibilidad de derechas y evangelio.
[ ] La izquierda en nuestro contexto en general renuncia a la identificación con el cristianismo institucional, pero apela a conexiones por vía de sensibilidades vinculadas con el humanismo, el cuidado de los más necesitados, etc.
[ ] Yo, en todo caso lo primero que cómo cristiano voy a procurar hacer es romper cualquier polaridad entre izquierda y derecha, para establecer qué, hay una sensibilidad cristiana qué transita de manera particular los diferentes temas que hacen a la vida humana y a la vida en sociedad.
[ ] Entonces, rechazo cuando alguien quiere atraparme pretendiendo abrazar con conceptos ideologizados, algo que entiendo desborda tanto a la derecha como a la izquierda (mi concepción cristiana de la vida)… aunque es evidente que también se identifica con aspectos que cada una de esas banderas defiende.
[ ] Así que, busco ser autónomo y responsable por vía doble: porque debería serlo en tanto ciudadano y hacer ejercicio de ese “poder” que es el voto, tratando de huir de las exageraciones electorales, pero además, lo hago en mi particularidad cristiana (buscándola, trabajándola).
[ ] También, rechazó… y quizás con más vehemencia a los cristianos qué haciendo política partidaria, simplifican su discurso conmigo y empobrecen mi condición de CIUDADANO cristiano al decir cosas como: “cristiano vota cristiano”.
[ ] Cuando los cristianos, asumen hacer política partidaria… no dejan de ser cristianos, no se transforman en profanos… están con mucha valentía asumiendo la tarea de batallar por el bien común (no solo de los que piensan como ellos) en un terreno que es dificilísimo. ¡En esto hay que celebrarlos!
[ ] Pero, así como no existe la postura política pura para los cristianos, es decir: ni la derecha, ni la izquierda abarcan la sensibilidad cristiana. Y, además, la sensibilidad cristiana tiene puntos de contacto con ambas…
[ ] No existe el cristiano que por ser cristiano me represente de manera pura y completa…cuando este creedor entra al terreno político y hace una opción de en qué espacio del espectro político quiere ubicarse, para vehículizar electoralmente su preocupación política-publica… sabemos que él mismo está calzándose un corsé por el cual se vuelve un tanto menos “cristiano”,
y se hace un tanto más político partidario… con pretensiones electorales…
[ ] Resultado: el resto que siendo ciudadanos somos también creedores, y que estando en libertad de votar a cualquier que se presenta como opción electoral, todavía estamos en mayor libertad de votar o no a ese creedor que hace política partidaria.
[ ] Claro, que no podremos pedirle a este creedor que hace ahora política partidaria que resista a la tentación de apelar a lo que parece más obvio, que los cristianos deberían votarlo casi sin cuestionamiento…
[ ] Entonces, es responsabilidad nuestra… juzgar con más ahínco a este político cristiano… sí vale la pena realmente que nos represente como ciudadanos cristianos…
[ ] En última instancia, podré elegir a este, podré elegir a otro, podré elegir en la derecha o en la izquierda… podré elegir y debo hacerlo, en la medida de lo posible con madurez y autonomía…
sabiendo que a quien elija en ningún caso podrá ser un calco de lo que yo soy (esto vale para cualquier ciudadano). Por lo tanto, me representará de manera limitada aún si es un político cristiano…
[ ] Mi consejo: no seamos perezosos, no dejemos que nadie simplifique nuestro ejercicio electivo, panfletendo con derechas e izquierdas, menos aún con “evangelios”…[ ] Si hay diferencias y sensibilidades diferentes en lo que hace a las doctrinas y prácticas dentro de la diversidad del cuerpo de Cristo… ¿cómo será que esas expresiones multiformes se podrían
igualar ahora en el terreno político electoral?
[ ] Ojalá tengamos madurez en estos días… y tomemos una decisión que podamos respaldar con convicciones (nunca fáciles de elaborar)… y respetemos a quien decide de otra manera.» Diego Rivero, pastor Ministerio Casa de Dios
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