En el día internacional contra la trata de personas un grupo de organizaciones cristianas en Uruguay y la región realizan diferentes acciones para denunciar la trata de personas.

El pronunciamiento afirma: «Si te callas, #tusilencioescomplice si eres indiferente, #tusilencioescomplice»

En este tiempo de confinamiento por la pandemia del coronavirus, la trata de personas lejos de disminuir se incrementa con mayores riesgos, imposibilitando las denuncias, volviendo a las víctimas más vulnerables, además de la gigantesca crisis económica y social que las afecta directamente.

Como comunidades y grupos cristianos, hacemos un llamado a la Comunidad Universal y levantamos nuestra voz, para que, comprendiendo la gravedad del fenómeno y su dinámica perversa, entrelacemos toda nuestra energía y esfuerzo para lograr su total erradicación. Nos pronunciamos en contra de todas las formas de comercialización de la vida y por ello:

DENUNCIAMOS el poder de la cultura patriarcal en todos los sectores: económico, social, familiar, político, cultural y religioso. Sobre todo, la cosificación de las mujeres que contribuye a una cultura mundial de la explotación y violencia contra ellas, reflejado en la trata de personas. Según la UNODC, (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) el 72% de las personas explotadas en la trata de personas son mujeres y niñas. Nos pronunciamos en contra de las desapariciones de mujeres, niñas, niños y adolescentes, con fines de explotación sexual y laboral, en contra de todas las formas de violencia hacia las mujeres que derivan en brutales feminicidios.

DENUNCIAMOS el modelo económico injusto, cruel, neoliberal y capitalista que beneficia a una minoría que lucra con la desigualdad y la injusticia: a los traficantes, los empresarios y los compradores, quienes por encima de los derechos humanos, fomentan una cultura de mercantilización deshumanizante y excluyente que expone a las personas a un mayor riesgo de ser víctimas de la trata. Nos pronunciamos en contra del aumento de la pornografía como primer vínculo de la explotación sexual. Nos pronunciamos en contra de los matrimonios arreglados entre niñas y varones adultos. Nos pronunciamos en contra del trabajo esclavo de niñas, niños y adolescentes reclutados para actividades delictivas. Nos pronunciamos en contra de la reglamentación de la prostitución como trabajo.

DENUNCIAMOS las leyes y políticas injustas y deshumanizantes de inmigración, arraigadas en una cultura de racismo, violencia y xenofobia, que niegan los derechos humanos básicos a migrantes y refugiados, exponiéndolas/os a numerosas formas de vulneración, haciendo más difícil la identificación de la trata y la persecución de los culpables. Nos pronunciamos en contra de la migración forzada que obliga a mujeres y varones a vivir en condiciones esclavas.

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Como seguidoras y seguidores de Jesús que nos dice: “He venido para que tengan vida y vida en abundancia”, queremos anunciar que la hora del cuidado integral de la vida nos involucra a todas/os y por eso proclamamos que

YA ES LA HORA, ya es la hora, de nuevas respuestas y nuevas prácticas.

YA ES LA HORA que como Iglesia a nivel local, nacional y continental, y en el nivel confesional y ecuménico logremos acciones coordinadas y colaboremos en la transformación de esta cultura de dominación construyendo relaciones de igualdad entre todas las personas, colaborando a erradicar la demanda, visibilizando todas las formas de explotación que han permanecido ocultas, empezando desde la casa.

YA ES LA HORA de promover la justicia económica y social, favoreciendo a las personas más empobrecidas. Ya es la hora de exigir a los gobiernos que adopten alternativas justas al modelo neoliberal; a poner en práctica las leyes contra la trata y garantizar los derechos humanos en especial para las mujeres, niñas, niños y adolescentes, para que cuestionen los modelos empresariales que engañan y explotan.

YA ES LA HORA de profundizar las acciones proféticas en favor de la Dignidad Humana, en consonancia con la llamada del Evangelio de Jesús de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes, refugiados y desplazados para evitar que caigan en manos de los traficantes. Más bien, lograr acciones para protegerlos del engaño y la seducción de los mismos.

Como comunidades y grupos cristianos, estamos comprometidas/os para crear conciencia más allá de nuestras redes. Exigir a los gobiernos actitudes y políticas públicas que promuevan la integridad y los derechos humanos de todas las personas que son víctimas de este delito. Usaremos nuestra voz para dar la bienvenida, defender, proteger, promover e integrar a las personas que son víctimas de la trata, del abuso sexual y de la explotación de niñas, niños y adolescentes, para garantizar una migración más segura, evitar el reclutamiento de traficantes durante su viaje y acompañar a las víctimas a su regreso.

Sabemos que solo trabajando juntas/os, en colaboración y solidaridad, tejiendo una red apasionada por la vida, podemos enfrentar los problemas estructurales que causan y perpetúan la trata de personas.

¡ESCUCHA LOS GRITOS DE AYUDA Y DENUNCIA!

NO DEJES QUE #tusilencioseacomplice

Para participar de la oración ecuménica el jueves 30 de julio 18hs por zoom:
https://us02web.zoom.us/u/kxBgYhcNG