» de sus hijos si nos brinde [cinco] Hombres, para que los cuelguen… Y dijo el rey: yo los daré «. 2 Samuel 21:6
Nosotros evangélicas y evangélicos, participantes de diferentes iglesias y comunidades de fe, queremos manifestar nuestro rechazo ante un caso más de ejecución cometida por la policía militar del estado de río de Janeiro. Roberto Silva de Souza, Wilton Esteves Domingos Junior, Carlos Eduardo Silva de Souza, Wesley Castro Rodrigues y cleiton correa de Souza fueron cruelmente asesinados, sus jóvenes vidas interrumpidas al ser fusilados, con 111 disparos por agentes de la fuerza de seguridad del estado. La muerte de los 5 jóvenes negros que en realidad es la regla y no la excepción de acción de las policías brasileñas.
Los números de la violencia en contra de los jóvenes en Brasil son alarmantes, cifras que demuestran que existe un patrón de muertes en Brasil, en el que la porción de la población que es negra, pobre y que vive en territorios precarizados se convierte en la mayor víctima de esta violencia. Es importante decir que esas víctimas son directa o indirectamente la responsabilidad de las estructuras de organización del estado brasileño en sus diferentes niveles administrativos, y consideramos esto como parte de la herencia esclavistas brasileña. LA MUERTE DE NUESTROS 5 jóvenes nada más ilustra que la fuerza permanente y asesina del racismo presente en las estructuras de poder y la criminalización de la pobreza como nuestra política de seguridad efectiva.
A partir de nuestras experiencias de fe, nos ponemos contra esta forma de acción de las políticas de seguridad pública, ya sea en el nivel municipal, estatal o federal. Nos movilizamos porque vemos en esa historia de barbarie, la relación directa con narraciones bíblicas, nuestra base de fe, en que los pobres han sido violados, ejecutados y invisibilizados por el poder, teniendo sólo dios al lado de ellos. Vemos la historia de rispa (2 Samuel 21), Que como tantas madres en nuestras periferias, no abrió mano del derecho de al menos poder enterrar a sus hijos. El Derecho de tocar a sus hijos, tener un funeral digno, tantas veces usurpado por el propio estado que asesina. Vemos la historia de nabot (1 REYES 21), Hombre pobre y justo, criminalizada por el estado, asesinado como un criminal, fruto de una manipulación para que el jefe de gobierno le robara las tierras. Familias sacadas de sus hogares, para atender los intereses de la especulación inmobiliaria. Sujetos manchados con el estigma de «sospechosos de implicación con el tráfico» para legitimar el encarcelamiento y el asesinato.
Entendemos, por tanto, que no se trata de una desviación de la conducta de un policía o un grupo de policías, pero se trata de una forma de acción específica y organizada a partir de la formulación y aplicación de políticas, pasando por los procesos de formación de los policías, Yendo a la investigación con la presunción de inocencia de los policías y la acción de la justicia casi siempre a favor de los policías en los casos de asesinatos / abuso / torturas practicados por los mismos. Se caracteriza por una estructura política de muerte, y para nosotros como evangélicas y evangélicos que defendemos la vida plena a todas y todos, solo nos queda como única acción acorde con nuestra fe confrontar esta estructura. Creemos que la omisión de la denuncia actuaría contra el testimonio de nuestra fe. Ante eso, con fe, oramos, pedimos y actuamos por el fin inmediato de esta política.
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Fuente: http://redefale.blogspot.com.uy/
Esta crueldad de «asesinar personas de color» ocurre tristemente tambien en otros paises ademas de Brasil, como en Estados Unidos y parece no imortarle a nadie. Ni las iglesias, ni los Estados se han pronunciado para denunciar esta violencia, que clama a Dios justicia. Hasta hoy no hay leyes que protejan realmente a las personas de color. Me parece que no hemos avanzado mucho desde la colonizacion de América, cuando traian personas de Africa para esclavizarlas y enriquecer a sus paises. Ahora asesinan jovenes negros que viven en el contiente y acomodan la ley para justificar esos crimenes. Es indigno y doloroso que esta realidad continue en nuestros paises, Y que sea la violencia de las instituciones que estan hechas para proteger a la poblacion, la que los asesina. Pero este no es el fin de la historia, esos jovenes estan resucitados y continuan acompagnandonos en cada lucha por hacer de este mundo un mundo sin violencia y en paz. Y los asesinos seran juzgados por Dios que esta sobre todas las instituciones terrenales.