«Se nota un desgaste de proyectos, propuestas y estrategias que durante los últimos decenios dieron perfil propio y una mística militante a los grupos más postergados». Este jueves 12 de noviembre en OBSUR tendremos la oportunidad de forma colectiva reflexionar en voz alta y comunitariamente sobre dicho desgaste, sobre la pertinaz sequía de proyectos de transformación social verdaderamente revolucionarios.
¿Qué queda de la opción por los pobres en un mundo sin alternativa?, se preguntan los autores. Difuminada la opción en posturas puramente voluntaristas y asistenciales fruto de la colonización ideológica del neoliberalismo, quedan, sin duda, los pobres. Ante tanto «oportunismo de invocar las dificultades como pretexto para abandonar los principios», Pablo y Javier nos invitan a volver a las raíces, para desde ahí, asumir un nuevo desafío histórico: redescubrir la fuente y el sentido del compromiso de los cristianos con los pobres.
Para ello nada mejor que combatir la «cultura de la exclusión» que consagra el neoliberalismo con la «racionalidad cultural» que ve al hombre desde «el solidario hacernos mutuamente sujetos». Tarea difícil pero entusiasmante, si nos desprendemos del pesado fardo del optimismo ingenuo (que tanto daño ha hecho a la militancia) que piensa que las cosas irán bien por sí mismas, y nos adherimos incondicionalmente a la esperanza, que cree que, a pesar de todo, vale la pena luchar por ciertos valores.
Valores que, seguro, acabarán triunfando, si conjugamos «alegría y entrega, entusiasmo y realismo, prisa y paciencia». Y para que la alegría de sabernos llamados por Cristo a participar en la construcción del reino, no se torne infeliz amargura ante nuestras propias limitaciones y traiciones, una recomendación: caminar con todas las fuerzas y sin detenernos, «pero sin dejar de disfrutar del propio camino y de la multitud de compañeros que, de mil modos distintos, también caminan con nosotros».
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