La decisión de Michel Temer de decretar una intervención militar en el estado de Río de Janeiro, dejando en manos de los militares la seguridad pública, es mortal. No la muerte de la violencia que la policía irónicamente viene tratando de mantener, sino la muerte de pobres, negros y negras, habitantes de las comunidades, madres y mujeres inocentes, trabajadores y de toda población que desde siempre se mantiene bajo la cobardía de esas instancias.
Es una intervención que responde a una presión de los medios que acaba poniendo el foco en el estado de Río. Si hoy Río de Janeiro se encuentra en tal estado de «calamidad», la culpa es de la incompetencia del partido que viene gobernando el Río a más de diez años, esos son los que deben ser responsabilizados por la situación actual. No es sólo en el área de la seguridad que la población de Río de Janeiro se siente abandonada … está siendo abandonada en los salarios no pagados a los servidores, en la salud, en el desmontaje de las universidades estatales.
La opción por la represión y uso de las fuerzas militares en la seguridad pública nunca fue algo positivo, como muestra la presencia de las fuerzas armadas en el Complejo de la Maré que no redujo el tráfico ni la violencia. La política de «guerra a las drogas» sólo sirvió para reforzar aún más el poder de la policía militar y fortalecer las facciones, sin reducir la violencia. Este retroceso defendido por Temer, traerá consecuencias graves e inmediatas a los derechos humanos de la población más vulnerable. Además de todo eso, esa llamada a la intervención, que entrega el control de la policía estatal en manos de las fuerzas armadas, funciona como una forma de escapar grandemente a los intentos de votación de la contrarreforma de la previsión.

INTERVENCIÓN NO ES LA SOLUCIÓN!
– Necesitamos reformular la gestión de la seguridad pública nacional, incluida la de Río de Janeiro, con miras a la reducción de homicidios y la preservación de la vida, incluso de los policías.
– Necesitamos cambiar esa política que promueve el encarcelamiento masivo de hombres y mujeres y el exterminio de pobres y negros, para una política de reducción de daños.
– Necesitamos inversiones en programas sociales y culturales y en la educación, incluso de jóvenes adultos, para que así disminuya la evasión escolar y se creen oportunidades de empleo para estos jóvenes.

Como cristianos, nos posicionamos contra cualquier tipo de intervención que prive el derecho a la vida y la libertad, cualquier acción que viabilice la muerte y el mantenimiento de estructuras conservadoras antipersona y cualquier gobierno que no esté basado en la justicia y en la igualdad de toda ciudadana y todo ciudadano.

Convocamos a cristianos y toda la población de Campos de los Goytacazes a sumar a las protestas el 26 de febrero «Contra la intervención militar y la reforma de la caja de previsión jubilatoria».

Más información sobre el evento: https://www.facebook.com/events/197851104300662/