Somos iglesia cuando abiertos al hermano conocido y extraño,
nos reunimos para orar o acompañar al que está solo.
Somos iglesia con el perseguido, la huérfana, la viuda,
el pequeño, el migrante; cuando humildemente servimos.
Somos iglesia cuando damos valor a niños, niñas y jóvenes;
cuando no ponemos la burocracia y el legalismo por encima de la Misión.
Somos iglesia cuando en nombre de Cristo nos reunimos,
pudiendo hablar con la verdad y honestamente.
Somos iglesia cuando buscamos a Dios y al otro y la otra,
aunque ellos no son como yo quiero que sean, Dios los creo así.
Somos Iglesia cuando consolamos a quien sufre y acompañamos su dolor,
cuando lo que nos une es la palabra de Dios, la fe y el amor.
No somos iglesia cuando tomamos el púlpito para hablar vanidades
en lugar de proclamar el Evangelio.
No somos iglesia cuando dejamos de hacer las cosas para Gloria de Dios.
No somos iglesia cuando por algún motivo se excluye a la comunidad de la comunidad,
cuando se niegan espacios de participación y se acapara el poder.
No somos iglesia cuando excluimos por motivos económicos, políticos, etarios, sexuales, teológicos, de lengua o de etnia.
No somos iglesia cuando negamos a un hermano o hermana expresar y cultivar sus dones,
cuando el servicio del otro y la otra amenazan mi ego.
No somos iglesia cuando entre nosotros rige la lógica de este mundo,
nuestras relaciones no son genuinas y nos maltratamos o justificamos la violencia.
No somos iglesia cuando nos callamos frente a la injusticia en lugar de denunciarla.
Empecemos el 2016 con ganas de hacer iglesia en lugar donde estamos
Nicolas Iglesias Schneider
@nicois1983
Deja tu comentario