El doctor Miguel Brun nació el 15 de diciembre de 1928 en la ciudad de Trinidad, departamento de Flores, Uruguay. Se le conoció siempre como pastor, ya que nunca hizo uso de su título. De familia humilde, su padre era herrero, cursó primaria y secundaria, en la misma ciudad donde fue compañero de clase de Raúl Sendic. Su madre, invitada por la maestra Magdalena Comba lo lleva a la Escuela Dominical de la Iglesia Metodista. Desde entonces su vinculación con dicha iglesia se mantiene siempre. A los 16 años emigró a Montevideo donde vivió como pudo, no muy bien. Trabajaba en lo que podía. Entre otras changas fue repartidor del periódico inglés. La dureza de su situación no le impidió aprender estenografía y frecuentar las aulas del IAVA, todo lo posible.

Se puso en contacto con la Iglesia Metodista de la Aguada, donde tuvo gran apoyo de Juanita Cavallero, hermana de la conocida Violeta. En 1947 la Facultad de Teología de Buenos Aires le otorga una beca. Parte hacia dicha ciudad. Al mismo tiempo que comienza sus estudios, consigue trabajo en una imprenta donde aprende todos los oficios que ya no existen actualmente. En 1950 hace su “año de práctica” en la ciudad de San Juan en la precordillera argentina. La ciudad había sido devastada por un terremoto en 1944. Vive en condiciones de pobreza indescriptibles. En 1951 es designado pastor de la Iglesia Metodista de Sarandí en el Partido de Avellaneda, donde conoce a Katia. Ella tiene 14 años, conoce bastante de Biblia pero muy poco de la vida. Comienza un romance.

En 1953 Miguel obtiene su título de Licenciado en Teología con una tesis titulada “Concepto de Enseñanza en Sören Kierkegaard”. En el momento de su ordenación, se niega a firmar la cláusula de abstinencia de alcohol. Para su primer puesto se le asigna la Iglesia de Trinidad y parte hacia Uruguay. Durante dos años, le es imposible volver a Buenos Aires. El gobierno argentino impide el acceso de los uruguayos a sus costas. Cuando lo logra Katia y él se casan y en agosto de 1955 dejan la Argentina para siempre. Esta vez la congregación de destino es Fray Bentos. Allí residen hasta marzo de 1956 en que Miguel es nombrado a Durazno en el centro del país. Llegan a esa ciudad una noche después de haber viajado todo el día en una “camioneta” que Miguel había acondicionado en un Studebaker de 1928. Katia está embarazada de 7 meses. En Mayo nace su primera hija, Elba. Viven en condiciones deplorables. Miguel es también pastor de Paso de los Toros, Curtina y Sarandì Grande. Cuando dejan Durazno en marzo del 59, la casa había sido restaurada y amueblada. La nueva mudanza los lleva a la iglesia de Peñarol en Montevideo donde nace Pablo, el segundo hijo en el mes de agosto. En 1963 Miguel es nombrado pastor de la Iglesia San Pablo. Se impone un nuevo traslado. Ana, la hija menor nace en marzo de1964. En 1965 otra designación, esta vez a La Iglesia Central, lleva a la familia a vivir durante 3 años en un hermoso departamento, propiedad de la iglesia en la calle San José. ¡Hasta auto nuevo tienen!

En 1966 Katia comienza a trabajar en el Instituto Crandon. En 1967, Miguel preside un ciclo, sobre las doctrinas político-económicas que le valdrá su prestigio como profesor. En 1968 el Seminario Menonita lo invita a formar parte de su personal docente. Nueva mudanza. Alquilan una casa en la calle Asencio Miguel seguirá un año más formando parte del equipo pastoral de Central al mismo tiempo que da clases en el Seminario. En 1969, Iglesia y Sociedad publica un pequeño tratado escrito por Miguel: “Concepto cristiano de la Salvación, Hoy”. Allí expone las bases de lo que más tarde se llamaría Teología de la Liberación. Tanto Mortimer Arias, pastor metodista, como John Howard Yoder, teólogo menonita, reconocen a Miguel como iniciador teórico del Movimiento.

Su profundo sentido de la empatía lo lleva a acercarse del MLN, Tupamaros, convencido de que los cristianos predican, lo que los tupas viven. Son tiempos tumultuosos y en Mayo de 1972, Miguel y Katia son arrestados por la fuerza militar. Permanecerán en prisión, hasta Junio de 1973 en que les será acordada la libertad condicional a condición de abandonar el país. Las presiones ejercidas por el Concejo Mundial de Iglesias han dado fruto pero no pueden impedir el destierro.

En octubre de 1973, Miguel Brun, con su esposa e hijos, dejan definitivamente el Uruguay en lo que sería el último viaje del transatlántico Augustus. Se dirigen a Génova desde donde, en tren, llegarán a Estrasburgo, en el este de Francia. En esta ciudad Miguel hará su doctorado y Katia un diploma de francés, ambos en la Universidad de Estrasburgo. En el verano de 1974, la ERAL (Eglise Réformée d’Alsace et de Lorraine), propone a Miguel una suplencia en el Departamento de la Moselle. El pastor de dicha congregación acaba de fallecer. Miguel acepta. Su manejo del francés es deficiente pero su simpatía natural le hace ser aceptado y muy apreciado. Al fin del verano los feligreses de Ars sur Moselle le piden que permanezca en el puesto. Como extranjero no tiene derecho a ejercer el pastorado en “tierras de Concordato” pero esa gente entrañable pide, de manera categórica al Ministro del Interior que Miguel sea designado pastor de Ars sur Moselle y Longeville lès Metz. Lo que el Ministerio acepta. La familia se traslada a Ars sur Moselle en julio de 1975. La casa, construída por los alemanes en 1911 es hermosa, aún sin haber sido cuidada. Viven allí durante 10 años.

El casamiento de su hijo Pablo con Nicole Meyer, una joven de la ciudad, en el templo, deja recuerdos imborrables. Katia y Miguel reciben numerosos amigos que viajan desde Uruguay, Argentina, los Estados Unidos y muchos otros que pertenecen al círculo de nuevos amigos. En 1979 Elba, la hija mayor se unirá en matrimonio con Richard Wentzel. Una emotiva ceremonia tendrá lugar en la Iglesia Saint Paul, en Estrasburgo. Una comunión abierta, incluirá al mendigo que suele acercarse a las puertas de la Iglesia. Cinco años después, en 1984, la ERAL invita a Miguel a ocupar el puesto de pastor de Saint Paul. El pastor Paul Lew que lleva ya 18 años en el cargo se dispone a partir. Va a sucederlo el pastor Andriamiodanarivo, de origen malgache. Por primera vez en la historia de la prestigiosa Saint Paul, dos pastores de origen “tercermundista” estarán a cargo de su conducción.

En 1987 Miguel, que ha seguido estudiando, defiende su Tesis de doctorado: “Una teología del exilio”. Será aprobada con entusiasmo por parte del jurado. Durante la intensa actividad de su pastorado en Saint Paul, Miguel organiza dos exposiciones: Mémoire des siècles, 2000 años de escritos en Alsacia y Mémoire d’Egypte . Ambas serán visitadas por más de cien mil personas. En la primera se expusieron piezas de gran valor como la Biblia de Gutenberg y Les Serments de Strasbourg, documento del siglo lX. En la segunda, se pudieron admirar piezas egipcias de gran valor prestadas por el Museo del Louvre La Iglesia Saint Paul hasta ese momento conocida como la Iglesia de la guarnición alemana pierde esa reputación para pasar a ser un centro de cultura admirado y valorado. En 1990, los Brun, cuyos hijos ya se han independizado, deciden dejar Saint Paul. La iglesia de Maizières lès Metz, pequeña y simpática congregación va a recibirlos. El puesto incluye la Iglesia de Hagondange donde ya ejerce un joven pastor, Jacques Morel. Allí van a permanecer hasta 1997, año del retiro de Miguel. En diciembre del 97 deben dejar la hermosa casa que los albergó durante siete años, propiedad de la Iglesia. Se trasladan a Fourmies en el Departamento del Norte, muy cerca de la frontera con Bélgica, donde reside Ana, su hija menor con su familia Miguel ha formado parte de numerosas comisiones que lo hicieron viajar a menudo por todo el país. Es conocido y apreciado en toda Francia. Cuando le llega el momento de la jubilación trata de convencerse de que la va disfrutar. No será así. Katia aprecia el cambio. La proximidad con su hija, su yerno y sus dos pequeñas nietas la hacen felíz. Para Miguel en cambio, si bien siempre estuvo de acuerdo en asentarse en ese lugar, la falta de actividad pastoral será nefasta. Poco a poco su carácter se va transformando. Sigue siendo solicitado desde lugares diferentes. Participa, pero ya ha perdido el entusiasmo que lo animaba. Sus últimos años no hacen honor a su brillante pensamiento. La enfermedad de Alzheimer termina con su mente enciclopédica.

Fallece el 5 de abril de 2017. Permanecen, su excelente trabajo de tesis de doctorado en la Biblioteca Nacional de Estrasburgo y mejor que todo, el recuerdo entrañable que sus hijos y nietos, a quienes nunca defraudó, conservan de él. Eduardo Galeano que comprendió el valor de su pensamiento y su don de gentes, le ha rendido justicia y su relato “La comunión de las manos vacías” en su libro “Bocas del tiempo”. Es tal vez, el mejor homenaje a su memoria.

Por Katia De Vita