Trata y tráfico de personas

Entre 40 y 42 millones de personas en el mundo sufren explotación sexual, el 80% de ellas mujeres o niñas. La Fundación Scelles señala que el 75% de ellas tienen entre 13 y 25 años. Nueve de cada diez de ellas dependen de un proxeneta, lo que pone en evidencia la explotación y el beneficio económico que esta actividad reditúa. Un informe francés alerta sobre un «mercado en el que domina la violencia, la vulnerabilidad y la búsqueda sin límites del beneficio económico». El informe realiza una cartografía de la prostitución en una treintena de países y alerta del desarrollo del cibersexo y de plataformas de anuncios como Craigslist, donde los proxenetas reclutan a sus víctimas.

En la actualidad, la trata de personas forma parte de una actividad delictual en gran escala, globalizada, interrelacionada con otros delitos también globalizados y organizados, como el tráfico de drogas y de armas. La trata de personas ocupa el segundo lugar, detrás del tráfico de drogas y por encima del tráfico de armas.

Algunos informes sitúan a la Trata alcanzando ya el primer lugar, por lo que, lejos de tratarse de una lacra social en retirada, tiene una presencia cada vez más amenazante.

Según la OIM, en las investigaciones judiciales aparecen implicados “en forma recurrente, funcionarios públicos y políticos”.

Cuando una víctima es una menor, una niña, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), puede generar, ella sola, una ganancia de 130 mil dólares al año. La Trata es más rentable que otros negocios, ya que una misma persona se vende varias veces, lo cual genera mayor ingreso al explotador/a.

En la zona de la Triple Frontera, zona conocida entre Paraguay, Brasil y Argentina, un ejército de 3.500 niños, niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia sexual, hasta la explotación comercial en lugares cerrados”.

Argentina y Uruguay se han convertido en un país de origen, tránsito y destino para las víctimas de este flagelo, y para combatirlo es imprescindible atajar la corrupción y cooperar con los países de donde proceden buena parte de las víctimas, en especial Bolivia y Paraguay.

En la trata internacional, los países pobres son los proveedores de personas y en esto los mas buscados son mujeres, niñas, niños y adolescentes; y los países ricos son los de destino.

La extensión y permeabilidad de las fronteras y la complicidad de funcionarios para el cruce crean una oportunidad inmejorable para estas redes.

Las rutas también van siendo construidas por los proxenetas hacia lugares de creciente desarrollo económico. Por ejemplo, en los lugares donde hay explotación minera y petrolera, como también macrocultivo de soja. También se han instalado gran cantidad de prostíbulos en la llamada ruta del Mercosur, que une Argentina con Brasil, donde hay un intenso tránsito de camiones

Otro destino frecuente para las mujeres y niñas víctimas de las redes de prostitución son las zonas turísticas. También se ha denunciado la existencia de propaganda de turismo que incluye el ofrecimiento de mujeres de pueblos originarios en Argentina y Bolivia.

En este contexto, las iglesias y ONGs, poco y nada hacen para modificar esta situación; tal vez, por falta de información, o por el peso de las enseñanzas tradicionales respecto de la mujer, y de los adolescentes con relación a la prostitución; tal vez, porque trabajar esta problemática implica asumir que esta también es tarea de la iglesia, un nuevo desafío para la misión.

A través de este Encuentro intentaremos que los cristianos asuman un rol protagónico en la lucha contra la Trata y el Tráfico de Personas.

DIRIGIDO A:

Líderes religiosos, profesionales, personas que trabajan con NNAs y cualquier persona interesada en trabajar la temática.

META:

Generar un espacio de encuentro para 50 personas pertenecientes a iglesias y organizaciones del Cono Sur, con el fin de visualizar el potencial de la iglesia cristiana para la incidencia en los temas de Trata y Tráfico de Personas.

OBJETIVOS:

·         Motivar a iglesias y organizaciones cristianas a la acción en defensa de los Derechos de personas vulneradas por las redes de TTP.

·         Generar un material escrito de reflexión bíblico teológico sobre el rol de la iglesia en esta temática.

·         Compartir experiencias de incidencia en diferentes lugares del Conosur.

·         Capacitar a iglesias y organizaciones cristianas sobre incidencia pública.

·         Identificar una red conformada por organizaciones que trabajan contra la TTP y las iglesias comprometidas con la temática.

Esperamos contar con su presencia en dicho Evento, lo que generará según esperamos, un desafío para las iglesias evangélicas en Uruguay.

 Lic. Sandra Costabel y Pastor Hugo Píriz