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Por Alexander Cabezas°

Ya tengo semanas de estar escuchando que algunas personas están hablando de un eminente “rapto” o “arrebatamiento” de la iglesia. Además, se dice que éste ocurrirá en el mes de setiembre del presente año. Al principio no le presté atención, más últimamente veo como el rumor crece como una ola por medio de post, los banner, los mensajes en las redes sociales. La alerta mayor llegó cuando hablando con un amigo en mi país, me compartía que su hija llegó a la casa preocupada porque en la iglesia donde asiste, el pastor principal estaba anunciado algo similar. Y por supuesto, al ser una mega iglesia, el rumor se esparce más.

No sé a quién se le puede dar crédito por este nuevo rumor, pero al menos veo algunos detonantes que están ayudando proliferar la noticia con fuerza, en nuestra nación. Algunos se basan en acontecimientos naturales, la conjunción de algunos astros, un eclipse solar parcial, hechos mundiales y ceremonias judías. Qué decir de “la decisión de la ONU que busca dividir la tierra de Israel (incluida Jerusalén), y la formalización del Estado de Palestina”1 y la lista parece interminable.

Buscando en Internet encontré desde rabinos a pastores, profetas latinos y norteamericanos que están dando la alerta: ¡se acerca el fin y con ello, el “rapto”!

En México el pastor Armando Alducin, afirmaba que el día y la hora nadie lo sabe, solo Dios. Esto es cierto, sin embargo en el minuto 9:26 de un video declara: “estoy seguro que nos vamos en el mes de setiembre. En las fiestas de las trompetas”2.

Otro promotor apocalíptico, un francés llamado Claude Ignerski, en un escrito extenso de 212 páginas: “Revelación del Fin de los Tiempos: Tomo 3ero, Septiembre 2015: 7 Pruebas Irrefutables de la Fecha del Rapto de la Iglesia”. Documento que se consigue fácilmente en línea, calcula o predice que el fin del mundo será en el año 2022 (página 66), y el “rapto” setiembre del 2015 (página 79).

Consultando con amigos de otras naciones el termómetro del entusiasmo por la espera de un “rapto”, está en los niveles más bajos, es decir, casi no se escucha del tema. ¿Será que el “rapto” será un acontecimiento local?

Reconozco que el libro de Apocalipsis y otros libros escatológicos, están cargados de imágenes, símbolos y detalles que de no contar con las herramientas hermenéuticas necesarias, nos exponemos a especulaciones subjetivas que nos pueden llevar a conclusiones erradas, aunque tengamos buenas intenciones por tratar de arañar algo del futuro.

Por cierto, no podemos olvidar que casi todo lo mencionado en el Apocalipsis tuvo su cumplimiento en el primer siglo, según la opinión de los eruditos bíblicos. Cabe agregar, los expertos son personas que toman en serio la Biblia y pasan décadas estudiando las escrituras, lo más importante, también tienen al Espíritu Santo y aman al Señor como cualquier cristiano promedio. Esto lo digo pues casi siempre hay una tendencia a despreciar la opinión de los eruditos, en contra de la posición popular de otros con escasa o nula formación, pero elocuencia para hablar y convencer sin argumentos.

Mucha de esta euforia apocalíptica que estamos viviendo, surge porque vivimos tiempos difíciles y cambiantes. Al formar parte de una sociedad que cada vez camina hacia el caos en parte, gracias a nuestra mala administración de los recursos que se nos ha conferido. Anhelamos respuestas, deseamos garantizar nuestra estabilidad, seguridad y esperanza. No queremos vivir en la zozobra, en el oscurantismo o en el temor producto de sentirnos efímeros, vulnerables y terrestres, de allí que todos suspiramos porque el Señor venga y por conocer los acontecimientos vedados en el mañana.

Es justo allí donde la misión de la Iglesia debería florecer. Si consideramos que somos el instrumento para animar, alentar y mostrar el camino de esperanza a los demás. Por lo contrario, si nos volvemos alarmistas, sensacionalistas y escapistas, afectamos la visión, el alcance y el testimonio, y en vez de sembrar ánimo, podemos perder credibilidad y relevancia, por estar anunciando aconteceres sin cumplimiento.

¿Por qué que cada vez que menciono “rapto” lo hago con comillas? Esto es porque esta doctrina es debatile, nos guste o no. En mi caso personal, que es el consenso de otros seguidores de Jesús, creemos que Jesús volverá en gloria y majestad para gobernar sobre las naciones y establecer su reino. Jesús lo afirmó en Hechos 1:1-11 y otros pasajes, pero el día, la hora, la fecha, el año, nuevamente queda dentro de los designios del Trino Dios. Se nos manda a estar preparados, más no a especular. ¿Acaso no es arrogancia creer que Dios les dirá el día y la hora a unos cuantos elegidos y no a todos?

Para cerrar, lo que más me resulta alarmante y considero escándalo, es el silencio o la falta de pronunciamiento de las iglesias, denominaciones o alianzas, sobre esta ola de falsos mensajes. Quedarnos callados no resolverá las cosas, ignorarlo no ayudará a mantener en “casa las cosas de la casa”, así como tampoco ayudará a guardar las espaldas de los demás. No es sostenible que la gente se reconcilie con Dios sobre la base del temor, así como tampoco me gustaría ver un éxodo masivo de personas dejando las iglesias por sentirse engañadas o manipuladas por falsas profecías, entonces queramos o no, todos (la Iglesia), sufrirá las consecuencias de nuestro silencio.

 

Alexander Cabezas Mora

°Educador, teólogo, profesor de Seminario Teológico, es pastor asociado y consultor para algunas ONG en materia de niñez y adolescencia. Es escritor y ha publicado algunos libros relacionados con la Iglesia y la niñez.

1 Sustraído el 10 de setiembre de: Proliferan teorías que Rapto supuestamente será en septiembre 2015, Noticias Cristianas: http://www.noticiacristiana.com/iglesia/escatologia/2015/08/proliferan-teorias-que-rapto-supuestamente-sera-en-septiembre-2015.html

2 Video de la prédica de Armando Alducin: https://www.youtube.com/watch?v=Z6brUSI7YLc