El martes 18 de abril 19hs se presenta en OBSUR, Rodo 1727 el libro: Haroldo Ponce de León por parte de Pablo Dabezies, José Luis Veiga y Carolina Clavero. Haroldo Ponce de León Requena nació en Montevideo en1917 y murió en 1990. Entró al Seminario con 19 años y fue ordenado Sacerdote en 1945. Su trayectoria parroquial empezó en San José de Mayo, luego en los barrios Aires Puros, Carrasco, Pocitos y Punta Carretas de Montevideo. Al igual que otros sacerdotes las tareas parroquiales que desempeñó fueron múltiples y variadas, dentro de las cuales podemos destacar el asesoramiento a la Juventud Obrara Católica (JOC) y al Movimiento Obrero de Acción Católica de Adultos, asesor del Movimiento Scout del Uruguay, su contribución con el proyecto Pro Mejores Viviendas, y con las dependencias del Consejo del Niño (hoy INAU). Otra labor interesante fue su intervención entre los años 1962 y 1968 en el programa televisivo Conozca sus derechos, junto a otros sacerdotes, pastores evangélicos, políticos y médicos. Trabajó fervientemente en el movimiento ecuménico y más tarde- recuperada la vida democrática del país- fue integrante de la Comisión Nacional Pro Referendum.
Sin embargo, la actividad más destacada fue su participación como Vicario Pastoral junto a Mons. Carlos Parteli durante el período 1966-1976. Fue responsable -siempre en colaboración con laicos/as y otros sacerdotes- del inicio y organización de lo que se llamó «Pastoral de Conjunto», es decir, un modelo pastoral nuevo que fue signo de la recepción del mensaje del Concilio Vaticano II. A través de esa práctica pastoral se puso en marcha la apertura hacia el mundo, la participación de todos los miembros en la vida de la Iglesia, el compromiso y la corresponsabilidad. Coincidió con un período en que la sociedad uruguaya vivía una fuerte crisis social, económica y política y posteriormente con la progresiva implementación del autoritarismo que culmina con la dictadura cívico-militar entre los años 1973-1985. Las respuestas de la Iglesia latinoamericana no fueron todas iguales, por eso importa destacar las particularidades de la iglesia montevideana que sin tener privilegios estatales – como el resto de la iglesia uruguaya- se comprometió con los más desfavorecidos de ese contexto.
A propósito de esta tarea, El Debate de 1970, al saludarlo por sus bodas de plata sacerdotales, decía:
Allá en 1966 se produce en el Uruguay la revolución conciliar, que lo tuvo como uno de sus protagonistas y que lo colocó en el peligroso cargo de “Vicario Rojo”, flanco de todas las críticas al mismo tiempo que centro de todas las renovaciones. Ese fue el momento que recogerá la historia para evocar su paso entre nosotros, y el que preferimos recordar ahora, como merecido reconocimiento de cristianos.
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