12656051_10207991626899002_1519308592_oPor Inti Clavijo.

El día dos de febrero en el calendario gregoriano es la fecha con mayor significación para las religiones de origen afro-brasileño en el Uruguay así como en todos los países en los que éstas se practican a lo largo de latinoamérica y el mundo extra-africano. Este día mitológicamente así como socio-culturalmente es de gran trascendencia, puesto que configura una celebración multitudinaria en la que solamente en el Uruguay son cientos de miles de personas deciden acercarse a las aguas más cercanas para ofrendar a Yemanjá. Orixá1 cuyo nombre original puede traducirse como Madre cuyos hijos son los peces, también llamada Gran Madre del agua, cómo lo hace la Mãe Susana Andrade en uno de sus libros2, y poco tiene que ver con aquella virgen de los navegantes más que debido a la imperante necesidad del ocultamiento en tiempos de esclavitud3 recibe los obsequios de multitudes de personas recién terminado el día uno de febrero y durante toda la jornada del siguiente.

Desde las cosmologías afro-brasileñas desarrolladas en el Uruguay, puede entenderse como el término e inicio de un ciclo dado que esta ceremonia recrea el surgimiento de los orixás que gobiernan los reinos de la naturaleza, el mito cuenta que tras tropezar Yemanjá, intentando evitar que uno de sus hijos mantenga relaciones sexuales incestuosas con ella, y es a raíz de ese golpe que su cuerpo se dilata, surgiendo de sus senos dos corrientes de agua que se transformarían en el mar, y de su vientre nacerían todos los orixás que gobernarían los diferentes reinos de la naturaleza.

Resulta evidente que para el imaginario cultural uruguayo esta clase de mitos que pueden sonar en exceso fantásticos, así cómo lo exóticas que llegan a parecer los atavíos que lucen algunos practicantes durante esta celebración, lo cierto es que las religiones afro-brasileñas son ampliamente practicadas en el Uruguay actual, el impacto visual que produce esta manifestación diurna y la intervención en el espacio público produce en el imaginario colectivo uruguayo que sea considerado un elemento que puede llegar a rozar lo foráneo y se convierte en un elemento plausible de ser deslegitimado como propio. Así es que la diversidad religiosa uruguaya, marcada por la hegemonía cultural de occidente, se vea minada por representaciones que escapan a sus dominios.

Esta convivencia siempre conflictiva goza de eventos que la re-actualizan año a año, sumado a los crónicos reclamos por los residuos que esta celebración produce4, en esta oportunidad fue realizada una recreación del desembarco de Juan Díaz de Solís en Maldonado5, tal vez en un intento de reafirmar el relato del Uruguay europeo. Sin embargo, los dioses del panteón africano que arribaron forzosamente a América entre los grilletes de la esclavitud, al día de hoy se siguen cultuando diariamente en nuestro país, y durante esta celebración quiénes se acercan a la afamada Playa Ramírez pueden apreciar incluso la presencia de algunas entidades espirituales que llegan a los fieles mediante el trance propias de estas religiones, las cuales han sido perseguidas desde que la corona española arribó a nuestras tierras así como por el terrorismo de la última dictadura militar uruguaya dónde fueron forzadas a pasar a la clandestinidad, terror de estado que dejó huellas en la memoria colectiva de los practicantes, dado que es conocida la terminología acuñada en dichas épocas donde a todo practicante afro-religioso se llamaba De La Religión, significante que podría englobar cualquiera de las cuatro principales corrientes conocidas en el Uruguay -Umbanda, Kimbanda, Candomblé y Batuque-, y que al día de hoy sigue siendo utilizado.

Pese a los conflictos que afronta esta celebración, desde las ya conocidas procesiones en lancha de la afamada Mãe Lola de las que hace ya unas décadas en el Puerto del Buceo, así como la multitud que se reúne en la Playa Ramírez y del mismo modo que todas aquellas personas que al menos una vez al año recuerdan a Yemanjá encendiendo una vela celeste a la costa de un pequeño riachuelo, la fiesta se realiza y la diosa recibe sus ofrendas, sus pedidos y la energía espiritual que esta enorme celebración afro-americana moviliza, así, todo termina y vuelve a comenzar, en el mar.

Inti Clavijo.

Estudiante avanzado de antropologia, afroumbandista, asesor académico de IFA del Uruguay

1Entidad espiritual de origen africano

2Entre la Religión y la Política – Susana Andrade (2009) La República.

3http://www.elobservadortv.uy/video/8093782-iemanja-no-es-una-virgen-es-una-diosa-muy-sensual

4http://www.elpais.com.uy/informacion/dia-despues-ofrendas-vuelven-basura.html

5 http://www.elpais.com.uy/informacion/recrearon-desembarco-solis-playa-mansa.html